Durante su intervención, Lubetkin aseguró que el rol que desempeñarán las cooperativas en las próximas décadas será fundamental para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria. Algunos estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proyectan que, para cubrir la demanda de alimentos en 2050, la agricultura tendrá que producir casi un 50% más de alimentos, forraje y biocombustible de los que ya se producían en 2012.
El evento reunió a cerca de mil actores y delegados del cooperativismo del continente americano, quienes, en el marco de varias conferencias nacionales e internacionales, dialogaron sobre la necesidad de poner nuevamente la economía en manos de las comunidades productivas.
“Las cooperativas son un aliado clave en la lucha contra el hambre y constituyen un factor fundamental en la inclusión de la agricultura familiar a lo largo de la cadena agroalimentaria. Desde la FAO reconocemos la importancia de fortalecer los mecanismos y marcos institucionales que contribuyan a los procesos de asociatividad e identidad cooperativa en áreas claves para alcanzar el desarrollo sostenible, bajo un enfoque de igualdad e inclusión”, expresó Lubetkin durante su disertación.
Además Lubetkin destacó que, la FAO, en coordinación con las Cooperativas de las Américas, los gremios de la región y especialistas, se ha trabajado en el diseño de la Ley Modelo de Cooperativas Agroalimentarias, que fue aprobada por la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (PARLATINO). “Esperemos que esta Ley se convierta en una referencia que contribuya a una colaboración aún más profunda entre los países y sea una referencia para incidir en los parlamentos nacionales”, expresó.
El Representante Regional destacó que la FAO ,en conjunto con los países y representantes de las cooperativas, han materializado y promovido acciones para posicionar el papel de las cooperativas agrícolas para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición, particularmente en las zonas rurales; fomentando prácticas agrícolas sostenibles, una mayor productividad agrícola, asistencia técnica, acceso a mercados, créditos, seguros, entre otros.
“Es fundamental que generemos sinergias que permitan multiplicar impactos. Entre ellas, celebro de forma particular, el inicio de un trabajo conjunto entre la FAO y la Asociación Nacional de Empresas Cooperativas de los Estados Unidos, con quien hoy compartimos este panel”, refirió Lubetkin.
“Reconocemos la importancia de este amplio y diverso trabajo y reafirmamos nuestro compromiso de continuar impulsado nuevas iniciativas con la Alianza Cooperativa Internacional, a través de las Cooperativas de las Américas en nuestra región, bajo marcos de cooperación que nos permitan escalar resultados”, añadió.
Expresó también su deseo de que las estrechas relaciones de cooperación se materialicen en breve, a través de la firma de un nuevo Memorando de Entendimiento entre las organizaciones, en el marco de la preparación de la trigésima octava Conferencia Regional de la FAO que tendrá lugar en marzo de 2024, en Guyana.
Actualización del Plan SAN CELAC
Lubetkin también se refirió a la necesidad de promover alianzas sólidas, a través de la Cooperación Sur-Sur y Triangular, y fomentar la articulación de los mecanismos e iniciativas de integración regional como es el caso del proceso de actualización del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC; o la agenda establecida por la Cumbre presidencial Amazónica, en donde el rol de las cooperativas será clave para avanzar en la implementación de los acuerdos.
“Nunca la seguridad alimentaria estuvo al centro de las agendas técnicas y políticas cómo lo está ahora, y las cooperativas tienen un rol esencial para contribuir en los esfuerzos para lograr sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”, concluyó.