“El primer paso en la evolución de la ética es un sentido de solidaridad con otros seres humanos”. Albert Schweitzer
Por Juan Pablo Vélez Góez
Gerente Febor
Presidente Junta de Vigilancia Ascoop
La propagación del Covid-19, que tanta incertidumbre ha generado, puede ser vista desde diversas ópticas y diferentes maneras. Para algunas personas es sólo una enfermedad viral, para otros el causante de un aislamiento social con grandes consecuencias negativas a nivel mundial, y para otros es un llamado de atención para cambiar el estilo de vida al que estábamos acostumbrados. Lo paradójico del tema es que todos tienen algo de razón. Sin embargo, mi llamado en medio de esta adversidad es a buscar nuevas oportunidades para reflexionar sobre la forma de ver y vivir la vida desde nuestro enfoque solidario.
Este cambio debe venir acompañado de una transformación y evolución de nuestra sociedad donde prime la esencia del ser humano a través de la solidaridad, el trabajo en equipo y lo común sobre lo individual, pues hemos notado que a largo plazo el Covid-19 traerá grandes consecuencias a nivel económico, social y político, y debemos estar preparados para afrontarlo de la mejor manera.
Frente a este punto, quisiera hablarles sobre un estudio que ha venido desarrollando la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU, a través del Observatorio Covid-19 en América Latina y el Caribe, donde Colombia se destaca entre uno de los cuatro países con mayor cantidad de acciones económicas para enfrentar la pandemia.
Considero que es clave tener conocimiento de estos estudios pues nos da un indicador dentro del sector solidario que marca la ruta y nos indica que estamos implementando las ayudas económicas adecuadas con el fin de aliviar las cargas que se han generado a lo largo del aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno Nacional.
En esencia la solidaridad ha sido la base fundamental de esta crisis, y como dice el conocido adagio “en las crisis están las oportunidades”, y la emergencia mundial que vivimos no es la excepción en la apropiación de estos conceptos. La diferencia es que esta vez la oportunidad es para cambiar y transformarnos desde la raíz, dejando de lado la mentalidad que nos priva de ver más allá de nuestro interés individual, y acudiendo a lo humano, lo esencial y lo común que claramente como sector cooperativo ha sido la bandera que defendemos y promovemos.
En este tiempo nos hemos dado cuenta de que a pesar del distanciamiento social es cuando más cercanos hemos estado, con el fin de ayudar a las personas que más requieren de nuestro apoyo para superar en equipo las consecuencias que el brote ha generado en todo el territorio nacional y ver cómo garantizamos que nuestros asociados accedan a diferentes alivios en función de su seguridad en materia de salud, pero también en materia económica.
Es aquí donde el sector cooperativo adopta un protagonismo mayor en la difusión de los pilares del modelo de economía solidaria, pues es el vivo ejemplo de que el trabajo en equipo es la mejor vía para alcanzar mejores resultados para la sociedad.
Finalmente, quiero extenderles un cordial saludo esperando que estas palabras de cambio las implementemos entre todos, y que juntos sigamos sosteniendo la bandera de la solidaridad en lo más alto.