Ningún extremo es bueno. Quizá en el ejercicio político algunos expertos recomiendan, ubicarse en el extremo. Sin embargo, en la administración pública los extremos perjudican el desarrollo social y económico de una ciudad o país. Para el caso de la pandemia, debemos reconocer que Colombia tiene condiciones particulares y nos corresponde construir de manera integral y conjunta un camino que nos permita proteger la vida, responder a las necesidades de la población y seguir creciendo. A continuación, recomiendo algunos componentes para una buena estrategia:
Ofensiva en salud pública
1) Compra unificada de las pruebas Covid-19 para diagnóstico rápido, las pruebas de diferente calidad y precio, no es lo más conveniente. 2) Ampliación de la Red de Laboratorios: certificar por parte del Instituto Nacional de Salud (INS), los laboratorios de las universidades para el procesamiento de las pruebas y alcanzar el mayor número de pruebas diarias. 3) Búsqueda activa público-privada a través de los Consejos Territoriales y Departamentales de Seguridad Social entre alcaldías, gobernaciones y gobierno nacional para identificar personas con síntomas y en riesgo.
El empadronamiento es una gran oportunidad
Le llegó la hora al país de realizar el registro individual de todas las personas que viven en un barrio y que forman parte de un municipio. Cada persona registrada tiene derechos y obligaciones por pertenecer a una comunidad y un territorio. Se empadronan las personas, no las viviendas, de tal forma que si tiene un cambio de residencia debe notificarla. Empadronar la población hace más fuerte el seguimiento y control de una estrategia ofensiva de salud pública y la articulación de las diferentes entidades y servicios sociales desde lo local hasta lo nacional.
Territorios libres de Covid-19 con aislamiento natural
Colombia es un país de regiones con diferentes pisos térmicos y con altas posibilidades de aislamiento natural. El contagio del coronavirus es por contacto directo y no por el ambiente. Por tal razón es necesario desarrollar protocolos de manejo y atención para que los municipios que están aislados de manera natural no tengan el riesgo de recibir agentes externos y puedan además de desarrollar sus actividades cotidianas, ser nuevos centros de desarrollo y fortalecer la descentralización de la producción urbana. Con esta medida inserta en nuestra geografía podremos sacar de riesgo de contagio un alto porcentaje de ciudadanos y planificar nuevos centros de producción.
La producción de alimentos es nuestra primera línea de defensa
Debemos construir una estrategia país que reconozca la Colombia profunda, las tierras fértiles y productivas, los espacios que están listos para ser despensa del mundo. Proteger, incentivar, invertir en todos aquellos que trabajan la tierra para que la seguridad alimentaria del país se garantice y exista un espacio para exportar. Es urgente construir protocolos, procesos y procedimientos de autocuidado para prevenir el contagio y proteger la vida en el campo, y así fortalecer el sector agropecuario y agroindustrial.
La reactivación de la producción depende de la capacidad de reinventarnos para hacerlo mejor y con seguridad
Es el momento de pensar en horarios flexibles, transportes alternativos y opciones de teletrabajo. ¿Es imperativo que todos lleguemos las 8 a.m. al trabajo? ¡No! Hay sectores económicos que pueden tener dos turnos de 4 a.m. a 12 m y de 12 m a 8 p.m., otros de 7 a.m. a 1 p.m. y de 1 p.m. a 7 p.m., otros de 9 a.m. a 5 p.m. Llegó el momento de cambiar las lógicas de los horarios rígidos y pensar en horarios que medien entre lo presencial y lo virtual, cambiando también la medición del trabajo y sus respectivos indicadores.
En conclusión, una estrategia articulada entre los gobiernos municipal, distrital, departamental y nacional, con protocolos claros, concertados e integrales, nos permitirán volver a pensar en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, como en el momento que se erradicó el sarampión, la difteria y la malaria. Es necesario reforzar los hospitales en camas de UCI, equipos biomédicos, etc. Pero, además de centrarnos en la atención de la enfermedad, debemos reforzar la protección de los profesionales de la salud y recordar el poder de la salud pública para el bienestar general.