En su tercera versión el Foro de Cooperativismo y Opinión Pública de Ascoop se diseñó con el propósito de analizar la transformación de las comunicaciones empresariales y públicas, su digitalización y los retos, desafíos y oportunidades que esto significa para las empresas y en particular para las cooperativas, en tanto pueden, con una mayor eficiencia, establecer redes de comunicación con sus asociados y demás grupos de interés, tanto para los temas propios de la gestión empresarial como para las tareas de información, educación cooperativa y marketing digital.
Las empresas contamos con una gran cantidad de nuevas herramientas que podemos implementar de dos formas: de manera instrumental, para estar acorde con las últimas tendencias, o de manera estratégica y selectiva, siguiendo planes, reflexiones comunicativas y directrices éticas.
Las cooperativas afrontamos además el desafío de establecer nuevas maneras de comunicarnos con los demás actores de la economía y la sociedad, en un ejercicio de incidencia y de incorporación institucional y gremial al desarrollo nacional, que conlleva un esfuerzo de posicionamiento y de reconocimiento como empresas que pertenecen a un modelo económico alternativo, basado en la solidaridad y en la búsqueda del bienestar.
En este propósito ha sido fundamental la interacción con los medios de información tradicionales, y creemos que debe seguir siendo así, aunque estos medios hayan perdido predominancia, fortaleza económica y reconocimiento en algunos sectores de la sociedad, por la irrupción de las plataformas de generación de contenidos que permiten a cualquier persona, sin ningún respaldo empresarial, sin ninguna condición periodística y a veces sin responsabilidad, generar información.
La revolución digital ha significado cambios importantes en el escenario de los medios de información tanto en Colombia como en el mundo, que han llevado a una reconfiguración de su poderío, acosados por la pérdida de audiencias y de pauta ante las plataformas de contenidos digitales y los emisores que no tienen ni el respaldo institucional ni la carga de costos que implica ser una empresa de comunicaciones.
Esta democracia informativa es riesgosa, porque un generador de contenidos que no tiene el respaldo de una empresa reconocida, ni estudios de periodismo, ni ha jurado defender la verdad y el derecho a la información, ni está agremiado, puede no ser un informador confiable. Hoy te puede elogiar para que pagues y mañana destruir tu reputación porque no pagaste, como ya hemos visto.
En este escenario las cooperativas tenemos el reto de encontrar la mejor manera de hacer el ejercicio informativo y comunicativo aprovechando las ventajas de la comunicación digital pero previniendo los riesgos que de ella se derivan y cumpliendo nuestro compromiso y responsabilidad de aportar a la sociedad en la búsqueda de instrumentos que permitan garantizar el manejo responsable, democrático y ético de la información.