Comunicado Confecoop
De este modo quedarán atrás las “altas” tasas de crecimiento registradas en diversas variables para 2021, afectadas por el choque derivado de la pandemia, y se reanudará una senda de recuperación que seguramente será más acelerada para economías desarrolladas y más lenta para las economías emergentes, ligado lo anterior a los procesos de vacunación respectivos.
La recuperación de diversos sectores para el caso colombiano, también se registrará de manera desigual, con mayor dinámica en aquellos que fueron más afectados por la pandemia como, por ejemplo, los servicios de entretenimiento, el comercio, la construcción o la industria, y con menor dinámica en los que presentó una menor afectación e incluso registraron recuperación durante el año 2021.
Las proyecciones de la OCDE sobre el crecimiento de la economía colombiana presentan un atípico 9.5% para 2021 y un ajustado 5.5% para 2022, este último dato significativo para dicha entidad que la economía de Colombia sería la de mayor crecimiento en América durante este año, por su parte el Banco Mundial prevé para 2022 un crecimiento del 4,2%, CEPAL 3,8% y Banco de la República 4,7%.
Todos los informes coinciden en que los principales factores que impulsarán el crecimiento serán el consumo privado, así como el incremento de precios de productos básicos a nivel global y la recuperación de los principales socios comerciales del país, algo que puede ser visto como positivo para el cooperativismo nacional dada su naturaleza y estrecho vínculo con el consumo de los hogares. Del mismo modo coincide en que un factor de incertidumbre, que es ya tradicional, es el proceso electoral, que influye negativamente en la dinámica de la economía nacional.
En materia cooperativa, puede afirmarse que el subsector cooperativo de actividad financiera salió bien librado del período de pandemia, registrando para el tercer crecimiento de 2021 un trimestre en activos del 11%, jalonado por el crecimiento de las carteras de crédito de consumo (10%), vivienda (10,52%), microcrédito (18,9%) y comercial (9%), además, el crecimiento de los depósitos fue del 12%.
Es importante señalar que esta dinámica en el crédito podría necesitar como atípica, toda vez que el punto de comparación es el año 2020, período en cual el ritmo de crecimiento del crédito del sector cooperativo no aumentó aumento. Lo anterior permite proyectar un 2022 que se irá normalizando en materia de crecimiento para el sector cooperativo de actividad financiera, en guarismos alrededor del 5% en cartera de créditos y del 10% en depósitos.
Otros subsectores cooperativos relevantes como el asegurador, el agropecuario o el de comercio – consumo, ya en 2021 registraron recuperación, especialmente durante el último cuarto del año, lo que permite proyectar un positivo 2022. Demás subsectores como el de trasporte o el de prestación de servicios profesionales, poco a poco irán retornando al terreno positivo en su crecimiento, en la medida que la situación de pandemia (confinamiento y restricciones) se vaya superando.
Para el sector cooperativo todos los factores asociados al poder adquisitivo de la población resultante relevante en el análisis de perspectivas. Por ello, el repunte de la inflación (5.62% para el cierre de 2021), el incremento del salario mínimo (10.07%) o la política contraccionista por parte del Banco de la República con incremento leve de tasas de interés de manera gradual durante el año 2021 (octubre 2%, noviembre 2.5%, diciembre 3%) ante las señales inflacionarias, marcan un panorama retador para las cooperativas.
De una parte, un repunte importante de la inflación puede llevar a restricciones en la dinámica del crédito, en especial en los indicadores de morosidad, de otra, el fenómeno viene acompañado con un aumento generalizado de las tasas de interés que, si bien podría eventualmente mejorar los márgenes de intermediación, también resulta ser un desafío para lograr equilibrar las tasas y plazos de los productos de ahorro y no tener una exposición a riesgos de mercado y tasas de interés.
En todo caso los analistas estiman que la inflación en Colombia debería moderarse en el segundo semestre de 2022 para finalizar el año en la parte superior del rango meta (2% a 4%).
Para la economía colombiana el principal riesgo sería una inflación que continuaría al alza acompañada de un ritmo de crecimiento bajo, toda vez que las altas tasas de interés limitarían aún más el crecimiento y por ende se profundizarían fenómenos como el desempleo o se reduciría la reactivación del consumo. También un proceso electoral incierto podría generar limitaciones en materia de inversión. Es oportuno indicar que mayores tasas de interés implican riesgos para los países altamente endeudados y con una situación fiscal compleja como la de Colombia.
Este panorama económico para el sector cooperativo implica una toma de decisiones que atiende los posibles riesgos planteados y señala desafíos y oportunidades en materia social, que pueden ser aprovechados a medida que avanza la implementación de la política pública planteada en el anterior Plan Nacional de Desarrollo y el Documento CONPES 4051, propuesta impulsada por Confecoop el año anterior y que será un campo de trabajo para el nuevo gobierno. Una vez superados o al menos asumidos los retos de la pandemia, el sector cooperativo seguirá trabajando por consolidarse como un modelo de empresa que responde a las necesidades de la población que no son suficientes cubiertas ni por el mercado ni por el Estado, con el claro compromiso de dar salida a problemas estructurales de tipo social en nuestro país, a través de la formulación de distintas soluciones a las múltiples y diferentes necesidades que hoy tienen la sociedad.