La identidad cooperativa en el contexto global: Entrevista a Iñigo Albizuri Landazabal

Iñigo Albizuri Landazabal es el Director Global de Asuntos Públicos de Mondragon Corporation en el País Vasco de España y el Presidente de la Organización Internacional de Cooperativas Industriales y de Servicios ( CICOPA ), una organización sectorial de la ICA. También preside el grupo de trabajo International Cooperative Entrepreneurship Think Tank ( ICETT ) sobre la identidad cooperativa como ventaja competitiva. Nos reunimos con él para conocer sus pensamientos sobre las ventajas competitivas que trae la identidad cooperativa.

Tomado de: ICA.COOP – Entrevista original

¿Qué significa para usted la identidad cooperativa?

Iñigo Albizuri Landazabal: La identidad Cooperativa es el verdadero motor de nuestras empresas. Es lo que nos hace diferentes y mejores. Ser cooperativistas en el siglo XXI es una forma de estar en el mundo. Un enfoque diferente a los problemas de nuestra sociedad. 

¿Cómo está ayudando la identidad cooperativa a la Corporación MONDRAGON a conseguir una ventaja competitiva?

Iñigo Albizuri Landazabal: La identidad cooperativa forma parte de nuestro ADN. Es nuestra manera de hacer las cosas. Y esto incluye cómo hacerlos y también el “por qué” hacerlos. Nuestro objetivo siempre ha sido transformar la sociedad, ayudar a las próximas generaciones a tener un futuro mejor. Y esto nos ha llevado a invertir en el futuro ya apostar siempre por la innovación.

¿Cómo están concienciando MONDRAGON y sus cooperativas sobre su identidad cooperativa?

Íñigo Albizuri Landazábal:Siempre hemos sido muy sensibles a la competitividad porque era la clave de la sostenibilidad. Si queremos resistir el paso del tiempo, si queremos dejar algo mejor a las generaciones futuras (lo que en MONDRAGON llamamos “el valor del legado”) debemos ser competitivos. Pero ahora con el gran impacto que ha tenido la pandemia, los habitantes del planeta nos hemos dado cuenta de que no podemos seguir haciendo las cosas de la misma manera porque no tenemos un planeta B. La sociedad, en general, está más sensible que nunca a la forma en el que las cosas se hacen porque no merece la pena hacerlas a toda costa, exprimiendo recursos y utilizando a las personas sin tenerlas en cuenta. Y esto también se aplica al modelo de negocio. Por eso creemos que es un buen momento para poner en valor nuestro modelo de negocio cooperativo más justo y equitativo, que tenga en cuenta a la comunidad y sus miembros. Cuando hablamos de “mercados” hablamos de personas que compran y venden. Y creo que estas personas son cada vez más conscientes de que es mejor comprar en empresas cooperativas. Porque no sólo se satisface una necesidad, sino que se cumplen al mismo tiempo muchos otros objetivos sociales (empleo, distribución de la riqueza, etc.).

Hace 15 años se adoptó la denominación actual de Corporación MONDRAGON. Con anterioridad, el grupo se denominaba Corporación Cooperativa de Mondragón (MCC). ¿Cuál fue el motivo de este cambio?

Iñigo Albizuri Landazabal: Sí, este cambio fue buscar nuestra verdadera identidad. Por eso, lo más importante del cambio fue agregar el lema “Humanidad en el trabajo”, que es la esencia de lo que nos une. Esta afirmación se ha convertido en un símbolo y refleja a la perfección nuestra forma de hacer negocios. 

¿La naturaleza de las cooperativas que forman parte de MONDRAGON aporta una ventaja a la hora de percibirla por parte del público?

Iñigo Albizuri Landazabal: Desafortunadamente, la imagen de las cooperativas no siempre es buena según el país y el entorno empresarial. Todavía hay mucho desconocimiento de lo que son las cooperativas y más de lo que somos las cooperativas industriales. MONDRAGON cotiza anualmente como el mayor grupo industrial cooperativo del mundo y nuestra actividad es internacional. Además de ser el primer empleador del País Vasco y uno de los 10 primeros de España, tenemos 140 plantas productivas fuera de España y ahí es donde comprobamos estos estereotipos y prejuicios. Creo que la ventaja, como dije antes, puede volverse más prominente en el futuro gracias a un cambio en la conciencia global, pero hasta ahora no ha ayudado a aumentar nuestro negocio de manera significativa. 

¿Cómo ha ayudado el ser cooperativa a las cooperativas de MONDRAGON a superar la crisis económica mundial a la que se han enfrentado desde su creación?

Iñigo Albizuri Landazabal: La resiliencia cooperativa no es un mito, es una realidad. Y la realidad es que las cooperativas florecen en tiempos de crisis. ¿Por qué? Porque cuando hay una crisis económica o sanitaria, la solidaridad florece. Y la solidaridad es la base de nuestro sistema. Pero no es una idea; es algo medible que se articula a través de fondos, inversiones y mecanismos internos de solidaridad y distribución de beneficios. 

¿La crisis de FAGOR Electrodomésticos en 2013 ha ayudado a MONDRAGON a desarrollar mecanismos solidarios y estar mejor preparada para el COVID-19? ¿Qué papel jugó su modelo cooperativo en esto? ¿Cómo ayudan las reservas y los fondos de solidaridad?

Iñigo Albizuri Landazabal: Ya estaban los mecanismos solidarios y por eso la crisis no afectó el empleo ya que todos los socios trabajadores fueron reubicados. La fortaleza del sistema quedó demostrada en este caso. Pero la experiencia sirvió para darnos cuenta de que lo importante no son los nombres de los emprendimientos, por importantes que hayan sido en nuestra historia, sino las personas que integran el proyecto. Y estas personas se integraron en otros proyectos cooperativos del grupo y hoy aportan su experiencia, que es muy importante para no olvidar que no sabemos qué nos depara el futuro pero que la unión es clave para afrontarlo con garantías. 

¿Qué papel juega Mondragon Unibertsitatea en la formación de la próxima generación de líderes empresariales cooperativos? Iñigo Albizuri Landazabal: El trabajo de MONDRAGON es fundamental, pero también lo es el de cada cooperativa y, sobre todo, el de la División de Conocimiento dentro de la universidad, los colegios profesionales y la ikastola (educación primaria y secundaria). El aspecto formativo es clave y es una de las características de nuestro modelo y la base de su éxito. Cuando pensamos en las fábricas del futuro, imaginamos la universidad dentro de las empresas y muy conectada con los problemas reales.

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