En el escrito, Ángel destaca la manera en que la vida del prócer cooperativista lo ha influenciado, a través de su pensamiento, sus hazañas y por destacar el valor y el poder de las “cosas pequeñas”, como siempre lo enseñaba y de las cuales decía que está llena la vida.
El texto continúa expresando admiración por la manera en que Víctor H. Pinzón, con una carrera destacada como médico pediatra, la deja a un lado para dedicarse al cooperativismo, con el propósito de transformar el mundo y de igual manera, de asumir la misión de dignificar el campo, el rol de la mujer y la vejez. “Sus años más felices fueron cuando empezaron a llamarlo ‘viejo’”, cuenta el columnista.
El gerente de relaciones corporativas de Coomeva, exalta a través de este espacio, la vida de Pinzón y cierra diciendo: “Siento profundo agradecimiento por haberlo conocido a él, su obra y pensamiento. Por eso esta columna es un homenaje al doctor Víctor H. Pinzón Parra, quien vivió genuinamente de manera solidaria, con la idea probada que, cuando los seres humanos cooperamos, el mundo se hace mejor”. Lea la columna completa aquí.