Vicepresidenta propone que economía solidaria agrupe a todos los informales

También le apuesta a que las compras estatales privilegien las cooperativas, que estas tengan acceso a los proyectos de vivienda con subsidio, y que incursionen en el mercado de pensiones y en negocios agroindustriales como el maíz

La vicepresidenta Martha Lucía Ramírez intervino en la apertura de la Jornada de Opinión que la Asociación Colombiana de Cooperativas realizó el 21 y 22 de abril con el tema “Identidad y emprendimiento, estrategia de liderazgo”.

La alta funcionaria también se refirió a los once proyectos piloto de emprendimiento solidario, que están desarrollando en distintas ciudades del país y dijo que ese trabajo conjunto con los alcaldes va a demostrar que la economía solidaria puede convertirse en la solución para tanta marginalidad. “Estamos trabajando con la población marginal de Colombia que son nada más y nada menos que 13 millones de ciudadanos”, dijo, y agregó que “Para nuestro Gobierno es una prioridad dinamizar y acelerar el sector solidario como un pilar fundamental frente a la reactivación y la repotenciación de la economía colombiana, como un vehículo para lograr la formalización laboral y también como herramienta que nos permita impulsar nuevos proyectos de emprendimiento.”

Afirmó además que la principal característica de la economía solidaria es la unión de pequeños capitales y capacidades de trabajo, mientras que la gran debilidad de muchas empresas es que “en su individualidad son tan pequeñas que no alcanzan tener impacto trasformador sobre la economía nacional, en cambio, a través de la economía solidaria la sumatoria de esos estos pequeños capitales individuales realmente conforman un gran potencial y pueden generar un gran proyecto, con un gran impacto en algunos actores de la economía.”

La Vicepresidenta dijo que la pregunta es si la economía solidaria puede ser el vehículo de esta transformación y que la respuesta es: “por supuesto que sí, pero esto requiere un reforzamiento y una actualización de la visión que tienen los colombiano sobre la economía solidaria”, agregando que las empresas cooperativas exitosas han sido un poco tímidas al explicar cómo han logrado esos éxitos.

“En la medida en que nosotros posicionamos el sector cooperativo y ayudemos a transformar una cantidad de mitos y de prevenciones que hay dentro de la sociedad, nos vamos a dar cuenta de que toda esta cantidad de micronegocios que tienen las personas que están en la calle, pueden tener un impacto muy grande sobre el desarrollo económico y también sobre este proceso de formalización”, agregó.

Ramírez propuso que la economía solidaria sea la que logre agrupar a la población formal de las calles, a los vendedores ambulantes y a muchos de sus micronegocios, convertiéndolos en vendedores estacionarios, con puestos fijos, registrados en Cámaras de Comercio, con acompañamiento en planes de negocios y acceso a las microfinanzas. 

No obstante, la funcionaria insistió en que una condición necesaria es que sean emprendimientos rentables porque el hecho de que las cooperativas no tengan ánimo de lucro no significa trabajar con estándares bajitos en materia de retorno. “Si estamos hablando de un mismo producto, de un mismo mercado, de unas mismas condiciones de participación en el mercado, el retorno debe ser equivalente en una SAS que en una cooperativa, no hay por qué recargar la cooperativa de gastos de administración innecesarios y cosas de ese estilo. Tenemos que lograr que sean cooperativas concebidas como una empresa con modelos de negocio, pero con la diferencia grande que al no tener ánimo de lucro, los beneficios y retornos al final tienen que revertirse en beneficios para los cooperados”.

También se refirió a la modificaciones normativas que introducen la Ley de Emprendimiento aprobada a fínales de 2020 y el Conpes que sobre el sector solidario estructura en este momento Planeación Nacional. Destacó la disminución del número mínimo de asociados de veinte a tres, la categorización de las cooperativas como pymes y que puedan ser socias de empresas privadas en proyectos de gran escala. “Hablamos de asociación entre cooperativas y personas privadas y estamos previendo también con mipymes, para que de esta manera puedan, por ejemplo, acceder a las compras públicas. Necesitamos que el sector de la economía solidaria se convierta en proveedor de las compras estatales y que esta asociación con mipymes les dé músculo que les permita entrar a competir con las grandes empresas nacionales y con las internacionales que son las que están ganando permanentemente gran parte de esta licitaciones”.

La Vicepresidenta también le propuso al sector solidario incursionar en nuevos negocios como el de los fondos de pensiones y el de la agricultura industrial, donde el Gobierno espera pasar de 350 mil a un millón de hectáreas sembradas de maíz amarillo y contempla la posibilidad de que se haga a través de cooperativas y alianzas con cultivos industriales, creando economías de escala que tengan infraestructura compartida, canales de comercialización conjuntos y negociaciones conjuntas de precios. “Vamos a sembrar 650 mil hectáreas adicionales, y si esto se hace por cada campesino individual, nunca lo vamos a lograr, pero si generamos cooperativas de campesinos eso ya es distinto, es economía de escala”.

Finalmente señaló que de esta manera el Gobierno quiere lograr que el sector solidario de verdad se convierta en un vehículo de crecimiento económico con un impacto real en el aumento del PIN nacional y en un vehículo para generar empleos formales. “En el corto plazo en la generación de la reactivación económica y en el mediano y largo plazo en la repotenciación de la economía colombiana, para tener una economía más competitiva, en donde incluso el propio sector cooperativo puede ser protagonista de las exportaciones colombianas”.

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