El programa examinó las nuevas oportunidades que significa esta ley para la juventud, para las universidades, para las cooperativas y para las micro y pequeñas y medianas empresas, a través de tres segmentos: el emprendimiento juvenil, el emprendimiento juvenil cooperativo visto desde la universidad y ley de emprendimiento
Jóvenes sin Fronteras preguntó a los jóvenes si, frente a los problemas del desempleo juvenil y las condiciones de informalidad en el empleo que en muchos casos enfrentan, la cooperativa de producción puede ser una alternativa para ellos.
“La creación de nuevas empresas es un factor clave para el crecimiento de los países, y desde hace poco he venido escuchando un tipo particular de emprendimiento que se ha denominado “emprendimiento social”. Este emprendimiento llama mucho la atención y bajo el contexto que estamos viviendo opino que es una alternativa innovadora, dinámica, inclusiva y sostenible frente a los principales desafíos sociales, económicos y medioambientales que enfrentan nuestras sociedades actuales, muchos de los cuales han sido desatendidos tanto por los gobiernos y las instituciones públicas como por el sector privado”, dijo María Gabriela Pinzón, estudiante de ingeniería industrial de la Universidad Javeriana.
Otro de los invitados fue el economista Rafael Orduz, consultor e investigador, columnista de El Espectador y del portal Las Dos Orillas: “Este año de pandemia tanto por razones sanitarias como por las consecuencias económicas, según la Cepal, la pobreza y la pobreza absoluta, aumentaron, y los más afectados han sido los jóvenes, las mujeres, los , afrodescendientes, los indígenas. (…) Definitivamente los jóvenes deben buscar soluciones de emprendimiento, y las mejores soluciones son aquellas que se construyen en equipo por la vía de formas asociativas cooperativas, tiene todo el sentido; pero es muy importante también que los jóvenes emprendedores, conciban el mercado como el mercado del mundo, para decirlo de manera metafórica, uno puede decir que Florencia Caquetá, y Florencia Italia realmente están a un clic.”
Por su parte, Nicolás Malaver, asociado de la cooperativa de jóvenes ambientalistas GEA -Gestión y Estudios Ambientales, dijo: “Creo que las alternativas desde la solidaridad, desde la asociatividad, apoyo mutuo, son los factores claves para la transformación de un mundo que requiere muchos cambios, de un mundo que prioriza el individualismo y no el hecho de apoyarnos los unos con los otros y las otras para poder sacar adelante nuestros sueños.”
Santiago Hernández, joven Internacionalista de la Universidad Javeriana, residente en Lyon, Francia, compartió su experiencia en las universidades en cuanto al emprendimiento y la posibilidad de combinar la teoría y la práctica en la formación estudiantil. “Me parece totalmente conveniente que sea la universidad el lugar donde se implementen los procesos de emprendimiento, esto iría enmarcado en toda una reconcepción de la función social de la universidad. Digamos que actualmente es extremadamente difícil encontrar estabilidad laboral, y por esto el emprendimiento es una opción muy atractiva para los jóvenes.”
El profesor Dayani Rojas dirige el programa Paz y Región de la Universidad de Ibagué, en el cual todos los estudiantes de último semestre de todas las carreras hacen una práctica social en los municipios del Tolima, con las comunidades, las organizaciones de productores y las administraciones locales: “Recientemente hemos firmado un convenio con la cooperativa Coopmeta, el cual pretende aunar esfuerzos para promover la inclusión de jóvenes, sobre todo de jóvenes que no han podido tener acceso a educación superior. ¿Cómo? a través de la implementación de un curso taller en emprendimiento cooperativo, para que ellos tengan la oportunidad de formar sus empresas en equipo, y poder a partir de allí plantear todo un proyecto de vida.”
Así mismo, Juan Fernando Álvarez, profesor e investigador en experiencias cooperativas y de la economía solidaria de la Universidad Javeriana, dijo. “Hasta hace unos años se creía que los emprendimientos eran realizados por una suerte de héroes de mercado, que por sus habilidades y competencias podían sortear cualquier obstáculo. No obstante, ya tenemos claro que para que un emprendimiento sea sostenible, lo más importante no es el inicio jurídico de la empresa, del emprendimiento, sino la capacidad institucional, para articular condiciones de acompañamiento, a la vez que la capacidad de los emprendedores de emprender en red, entendiendo que el objetivo individual del éxito es en la práctica superado por la capacidad colectiva de emprender.”-
Carlos Acero, presidente Ejecutivo de Confecoop, se refirió a la coyuntura histórica de pandemia, cuarta revolución industrial y emprendimiento: “El modelo cooperativo ofrece oportunidades para atender las necesidades y aspiraciones sociales, económicas, financieras culturales y ambientales de los jóvenes: lo ha hecho en el pasado, lo está haciendo ahora y emerge como un poderoso factor de inclusión para el desarrollo de los jóvenes en los próximos años, debido al interés que éstos tienen en modificar las tendencias en relación con su desarrollo personal, profesional y laboral; los jóvenes, en buena medida, quieren auto gestionar su desarrollo económico en muchos otros casos, no tienen alternativas para desarrollar individualmente sus proyectos, y buscan cómo asociarse, y quieren intentarlo también en formas cooperativas.”
Sobre el papel de la universidad en el emprendimiento solidario, Lina Molina, estudiante de maestría y asistente de los posgrados en diseño y creación de la Universidad de Caldas, y quien participa del colectivo Ciencia de Garaje en Manizales, expresó: “Es conveniente que la universidad trabaje en promover y generar cultura empresarial en la economía solidaria puede lograrse a través de trabajos en equipo interdisciplinares que bajo una visión holística, genuina promuevan la gestión del conocimiento y la innovación y que se complementen en capacidades y acciones, la universidad debe seguir formando en valores que promuevan la solidaridad y la autonomía, la conservación de la identidad, la diversidad y la participación en red de los diferentes actores para la construcción de tejido social.