Las cooperativas cafeteras continúan siendo una cuota relevante en la economía colombiana, pues en 2019, 33 de ellas adquirieron el 31% del café producido en el país, y destinaron más de 48 mil millones a la inversión social, lo que las sigue posicionando como elementos clave de la comercialización del grano y el aprovechamiento de recursos para fortalecimiento y desarrollo de los mismos caficultores, ya que reinvierten sus recursos en educación formal y no formal, en Beneficios Económicos Periódicos, en medioambiente e infraestructura.
Las cooperativas cafeteras del país siguen consolidándose como actores principal de la cadena productora de café, pues hacen parte de la Federación Nacional de Cafeteros – FNC, a través de una red de 525 puntos de compra, mediante los cuales adquirieron el año pasado 338 millones de kilogramos de café pergamino seco, 6% más, comparado con 2018, dónde adquirieron 319 millones. Por esta cantidad, pagaron 2,6 billones de pesos, cubriendo un 27% de esos gastos con líneas de financiamiento del Fondo Nacional del Café y el 73% restante con recursos propios o de terceros.
De todo el café adquirido por las cooperativas, 61% son cafés diferenciados, de los cuales el 42% fue vendido al Fondo Nacional del Café; el 23% a Expocafé y el 35% a clientes privados. En cuanto al café de más alta calidad 41% de sus ventas fueron de café excelso, lo que equivale a 138.7 millones de kilogramos de café pergamino seco y 1.8 millones de kilogramos de café pergamino seco estuvieron destinados a la venta de 1.861 microlotes.
Las cooperativas de café no sólo se encargan de garantizar la compra tanto asociados como lo asociados sino que ofrecen servicios complementarios a los caficultores como la venta de insumos para sus campos entre ellos fertilizantes. Estas cooperativas cuentan con 77.578 asociados y se rigen bajo los principios y valores cooperativos