Por Colombia2020 / @EEColombia2020
De tres metros de tela quirúrgica que habían quedado en el antiguo puesto de salud en el espacio de reincorporación “Antonio Nariño”, en Icononzo (Tolima), salieron alrededor de 180 tapabocas destinados a los excombatientes y habitantes de las veredas circundantes. Esta fue la forma de resolver la escasez de este insumo médico que ya hay en todo el país. La idea la emprendieron los exguerrilleros de las Farc de la Cooperativa Tejiendo Paz y la marca de ropa Manifiesta, conocidos porque en septiembre de 2019 impulsaron un desfile de modas de la Universidad de los Andes, en el que dieron a conocer los kimonos y vestidos que ellos mismos producen como una manera de hacer su reincorporación a la vida civil.
Juan Perea, representante legal de Tejiendo Paz, dice que en este espacio de reincorporación están tomándose en serio la cuarentena nacional decretada por el gobierno de Iván Duque para evitar la propagación del coronavirus. No obstante, agrega que allá la situación se vive en calma, “sabemos que no es nuevo, que los virus siempre han existido. No es cosa que nos alarme demasiado como para entrar en pánico”, aunque sí prefieren respetar la cuarentena y aplicar las medidas de prevención.
Mientras que en el municipio de Icononzo, si hay tapabocas, cada unidad cuesta $3.500, ellos los venden a $1.000 cada uno. Su fin no es acumular ganancias con un producto que ahora es necesario en medio de la crisis en la que nos ha puesto la pandemia, sino tener una base financiera que les permita continuar adelante con la producción.
Pero el mayor problema no es ese, sino conseguir los insumos. Los tres metros de tela claramente no iban a alcanzar para los cerca de 3.000 habitantes que rodean el espacio de reincorporación, ni para los 270 excombatientes que allí residen. Conseguir más tela quirúrgica fue imposible e incluso los cauchos que las sostienen también estaban escasos.
“Nos ha salido demanda”, comenta este hombre, “en dos ocasiones nos han llamado para hacer 2.000 tapabocas, pero ya no hay material, no hay cómo hacerlo”. Y cuando le pidieron apoyo al Consejo Nacional de Reincorporación, según Juan Perea, les dijeron que no había manera de conseguir la tela.
Sin embargo, la confección de los tapabocas seguirá adelante con otro tipo de material. Angela Herrera, diseñadora e integrante de Manifiesta, asegura que la tela náutica, usada en las batas de los médicos, les servirá para continuar la producción. “Sabemos que para el personal médico no sirve, pero para la comunidad sí. Serán lavables y no necesitarán de cauchos, sino que se les harán cuerdas de la misma tela”, explica.
Hay tela náutica en el taller de confección del espacio de reincorporación: alrededor de 15 metros que servirán para fabricar 7.500 tapabocas. Para este siguiente paso, la Red de Iniciativas Comunitarias (Rico) ha mostrado interés en apoyarlos a través de una plataforma de donaciones.
“Queremos empezar con al menos 100 tapabocas para donarlos al hogar geriátrico de Icononzo y al hospital local”, añade Ángela. A través de su conocimiento y mano de obra quieren contribuir en medio de la pandemia. Con las donaciones esperan ayudar a la gente de Icononzo, pero también quieren llevar esta ayuda a las poblaciones vulnerables que viven en Bogotá. Si quieren conocer más del proceso pueden comunicarse al número +57 313 3552691 o a las cuentas de Instagram @manifiesta.col o @tejpazcolombia. Mientras tanto, otras medidas de precaución se van aplicando en el espacio de reincorporación Antonio Nariño. El lavado de manos y la distancia entre personas son algunas. Al poblado no dejan entrar a nadie externo y cada que necesitan abastecerse designan a un integrante de la familia para que vaya en la moto al municipio a hacer el mercado. En ese espacio hace más de un año dejó de funcionar el puesto de salud y Juan Perea ya está enterado de que en el hospital de Icononzo, que es de primer nivel, no hay camas de cuidados intensivos ni las condiciones en caso de que se presente la enfermedad.”