Fuente: Agencia del Senado Brasil
Entre las pautas y objetivos definidos en el PNES que guiarán a las empresas de economía solidaria están la gestión democrática, la garantía de adhesión libre, precios justos, cooperación entre empresas, precios de acuerdo con los principios del comercio justo y solidario, distribución justa de resultados y transparencia y publicidad en la gestión de recursos.
Inicialmente, la propuesta fue aprobada como un sustituto en la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ). Este reemplazo fue aprobado por la Comisión de Desarrollo Regional y Turismo (CDR), en su forma enmendada. La Comisión de Asuntos Económicos (CAE), al aprobar el voto del relator Jaques Wagner (PT-BA), aceptó las modificaciones de las dos comisiones anteriores.
Para Wagner, el proyecto llena un vacío importante en el orden jurídico-económico al regular la economía solidaria, lo que implicará una mayor aceptación social de las empresas de esta parte de la economía. El senador, quien también informó sobre el proyecto en CDR, informa en su informe que hay más de 19,000 empresas de este tipo en el país, según el Sistema Nacional de Información sobre Economía Solidaria (SIES).
“Por lo tanto, es importante que el Estado reconozca legalmente la existencia de organizaciones de economía solidaria y, más que eso, se esfuerce por la implementación de políticas públicas destinadas a fomentarlas. Es correcto que el legislador, por lo tanto, no solo defina, con fines legales, la economía solidaria, sino que cree una política nacional diseñada para formular e implementar planes y acciones dirigidas a estimular este importante acuerdo social”, dice el relator.
La iniciativa también crea el Registro Nacional de Empresas Económicas Solidarias.
Principios
El texto aprobado define la economía solidaria como las actividades de organización de la producción y comercialización de bienes y servicios, distribución, consumo y crédito, observando los principios de autogestión, comercio justo y solidario, cooperación y solidaridad, gestión democrática y participativa, distribución equitativa de la riqueza producida colectivamente, desarrollo local, regional y territorial integrado y sostenible, respeto por los ecosistemas, preservación del medio ambiente y mejora de los seres humanos, el trabajo y la cultura.
Criterios
Para ingresar al PNES, la empresa de economía solidaria debe cumplir una serie de requisitos, que incluyen la autogestión, la administración transparente y democrática, la soberanía de la asamblea, los votos de los asociados y las prácticas justas y solidarias.
Las empresas también tendrán sus miembros directamente involucrados en el logro de su propósito corporativo y los resultados financieros se distribuirán de acuerdo con la deliberación de sus miembros y teniendo en cuenta la proporcionalidad de las operaciones y actividades económicas llevadas a cabo individual y colectivamente.
El ingreso operativo neto, si lo hubiera, se invertirá en el propósito del proyecto o para ayudar a otros proyectos equivalentes que se encuentren en una situación precaria de incorporación o consolidación, así como el desarrollo de la comunidad o la calificación profesional y social de sus miembros.
El Sistema Nacional de Economía Solidaria (Sinaes) será responsable de la implementación, monitoreo y evaluación del PNES. Sinaes formará parte de la Unión Nacional de Organizaciones Cooperativas Solidarias (Unicopas), la Conferencia Nacional de Economía Solidaria, el Consejo Nacional de Economía Solidaria (CNES), la administración pública federal, estatal, distrital y municipal de economía solidaria, las organizaciones de sociedad civil y empresas económicas solidarias, los consejos estatales, municipales y distritales de economía solidaria y la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB). El CNES será responsable de evaluar la política nacional cada cuatro años.
Según una descripción en el sitio web del Ministerio de Economía, la Economía Solidaria “es una forma diferente de producir, vender, comprar e intercambiar lo que se necesita para vivir. Mientras que en la economía convencional existe una separación entre los dueños de negocios y los empleados, en la economía solidaria los propios trabajadores también son dueños. Toman las decisiones sobre cómo administrar el negocio, dividir el trabajo y compartir los resultados”.
Asimismo, según el secretario, existen empresas de economía solidaria en el campo y en las ciudades y suelen ser organizaciones colectivas de trabajadores: asociaciones y grupos de productores; cooperativas agrícolas familiares; cooperativas de recolección y reciclaje; empresas recuperadas tomadas por los trabajadores; redes de producción, comercialización y consumo; bancos comunitarios; cooperativas de crédito; clubes de intercambio; entre otras. El Secretario del Trabajo también dice que estas empresas están, en su mayor parte, guiadas por los principios de cooperación, autogestión, acción económica y solidaridad.