Tiene 96 años, 55 de ellos los ha dedicado a Coomeva, la cooperativa más grande de Colombia, que fundó con otros 26 médicos. En ese entonces, 1964, no conocía del cooperativismo más que la triste historia de una cooperativa fracasada y los rótulos de “precios cooperativos” puestos en tiendas de barrio. Por eso no estaba seguro de que la mejor solución para garantizar la protección en la tercera edad de los miembros de la Asociación Médica del Valle fuera crear una cooperativa.
“Pensamos en diferentes tipos de empresa, pero se nos recomendó que hiciéramos un curso de cooperativismo para enterarnos de lo que es realmente este movimiento, sus beneficios, éxitos y las causas de fracaso. De esto se encargó el doctor Uriel Estrada Calderón (que en paz descanse), por haber sido él quien tomó esta iniciativa. Hicimos el curso con la dirección de Uconal, con colaboración del padre jesuita Francisco Javier Mejia y posteriormente Carlos Duque, Rymel Serrano, Carlos Uribe Garzón, Ernesto Zapata, Belisario Guarín, y otros.
“Fue sorprendente conocer el enorme potencial de este movimiento, siempre y cuando se lleven a la práctica sus valores y principios doctrinarios. Y de inmediato tomamos la decisión de crear la Cooperativa de Ahorro y Crédito Médica del Valle. En la asamblea de constitución estuvimos 27 médicos con un aporte de 6.600 pesos. Hoy cuenta en todo el país con 250 mil asociados de todas las profesiones, técnicos y tecnólogos, y 17 empresas de servicios que constituyen el Grupo Empresarial Cooperativo Coomeva”.
Médico Solidario
Víctor H Pinzón nació en Bogotá en una familia de 13 hijos. Migraron hacia el Valle del Cauca estando él muy pequeño. Estudió bachillerato en el colegio Santa Librada de Cali y regresó a Bogotá para cursar la carrera de médico en la Universidad Javeriana. Tras graduarse, fue a los Estados Unidos a hacer una especialización en pediatría. Y se quedó cinco años, dos de ellos ejerciendo. “Regresé a Colombia porque consideré que aquí podía hacer mejor papel que el que podía hacer allá”.
Se asentó en Cali e inició una carrera como docente de pediatría en el Hospital de la Universidad del Valle. Se unió a la Asociación de Médicos del Valle, donde surgió la idea de crear la cooperativa a la que consagró su vida. “En el comienzo de la cooperativa yo me dediqué mucho a la educación, porque para el cooperativismo es fundamental que haya educación. Finalmente decidí vincularme más directamente a la cooperativa porque consideré que podía hacer algo más por la sociedad vinculado a la cooperativa que individualmente”.
El patriarcado en el campo en colombia es absolutamente aterrador. Las mujeres campesinas prácticamente son esclavas. Con ingresos escasos y más escasa educación, es la que trabaja desde el amanecer hasta el anochecer
Siempre ha estado en la cooperativa buscando hacer algo por los adultos mayores porque la protección de esta población fue una de las razones fundacionales de Coomeva. “El servicio de protección se creó para que al momento de retiro, a la edad de 65 años, a los asociados se les entregue todo el dinero que han ahorrado. Sin embargo, siempre tuve la preocupación de que ese dinero no fuera suficiente, pensé que había que hacer algo más, me dediqué a estudiar el problema y creamos Vida en Plenitud, que ha sido todo un éxito y ha mostrado una excelente recepción de nuestros asociados”.
Cooperativizar el campo
Durante los diálogos de paz en el Caguán, como representante del cooperativismo, Pinzón propuso lo que llamó el triángulo de la paz: la sinergia del Estado, los guerrilleros desmovilizados y el cooperativismo para reintegrarlos a la sociedad y dinamizar el desarrollo del campo. “Mi empeño en cooperativizar el campo ha sido muy intenso y con muchas dificultades, por fortuna en el Congreso de Confecoop de este año me sorprendió con mucho agrado escuchar al Presidente de la República, doctor Iván Duque, haciendo una defensa del cooperativismo que sin duda alguna debemos aprovechar. Y también me sorprendieron gratamente las palabras de la doctora Martha Lucía Ramírez en la clausura del evento, haciendo énfasis en el cooperativismo, mostrando todas sus capacidades, reconocimiento que demostró con la creación de una cooperativa de palenqueras en Cartagena. Posteriormente en una reunión con ella tuve la oportunidad de explicarle ampliamente en qué consiste el proyecto “Cooperativizar el campo”, considerando que tiene muchas posibilidades de llevarse a cabo y llamó al señor Ministro de Agricultura, Andrés Valencia, con quien dialogó ampliamente y acordamos reunirnos para explicarle el proyecto”.
Hoy está más convencido de que la única manera de garantizar la paz en Colombia es si hay desarrollo del campesino colombiano. “Mi propuesta siempre ha sido que el cooperativismo tome las banderas del desarrollo agrícola, fomentando la creación de cooperativas con los campesinos; generando desarrollo social, inclusión financiera y equidad de género, siendo esta la oportunidad de aportarle al país, más en un momento tan histórico como el que vive hoy con los índices alarmantes de 10,8% de desempleo. Soy un total convencido de que en el campo está el desarrollo económico del país y algunas de las soluciones que pueden darle un giro al crecimiento económico que se espera”.
Yo viajé a otros países para darme cuenta como era esto del adulto mayor, porque hay una tendencia al abandono. Es irónico que todos vamos para allá, pero la sociedad considera al adulto mayor como un estorbo para la familia y el estado
El dirigente sostiene que mientras no dignifiquemos al campesino la situación del país va a seguir siendo la misma y que el aporte más grande es educar a los campesinos, formarlos para que sean gestores de sus propias empresas cooperativas y se establezcan mecanismos para que haya un comercio justo, participación e inclusión de los pequeños agricultores con una transformación agrícola y relevo generacional.
“Sé que es fundamental la educación cooperativa, considerada regla de oro del movimiento. Está plenamente demostrado que es necesario el proceso educativo para ingresar a una cooperativa, explicar a fondo el significado de los valores y principios del modelo cooperativo y no concentrarse en convencer al posible asociado de que la cooperativa tiene los créditos más baratos, dejando de lado lo fundacional, la parte humana, todo lo que nos enseñan los principios cooperativos que son tan consustanciales a la naturaleza humana”.