Actualmente el país enfrenta una coyuntura económica generada en gran parte por factores externos tales como, la pandemia, conflictos y políticas económicas internacionales, entre otros, que indirectamente afectan nuestra economía.
Tales factores han conllevado a que en el país se presenten presiones inflacionarias, incrementos en las tasas de interés (por la intervención del Banco de la República) y aumentos significativos en la tasa de cambio, lo que necesariamente impacta el desempeño de algunos sectores económicos y, por lo tanto, incide de manera directa en las entidades solidarias vigiladas por esta Superintendencia.
Bajo este contexto, si bien desde la Supersolidaria hemos considerado necesario el reconocimiento de una provisión estimada en el modelo de pérdida esperada, con el fin de salvaguardar la cartera de crédito, el ahorro y los aportes de los asociados de forma anticipada a una posible materialización del riesgo, realizamos una nueva reunión con los líderes gremiales del sector cooperativo, coincidiendo en la preocupación por la situación económica actual de nuestro país, las perspectivas económicas y sus efectos para el sector.
En dicha reunión, ambas partes compartimos análisis técnicos que permitieron determinar la necesidad de aplicar el modelo de perdida esperada, bajo los criterios de proporcionalidad en función al tamaño y de gradualidad en el tiempo de implementación, conforme a las particularidades de nuestras organizaciones vigiladas.
Así las cosas, en los próximos días, esta Superintendencia impartirá instrucciones precisas correspondientes al ajuste al cronograma de implementación del modelo de referencia, en el cual se definirán las entidades que comenzarán su aplicación a partir del mes de enero de 2023 y las fechas de inicio para las demás organizaciones.