El mundo ha estado en un “ir y venir” de crisis y situaciones difíciles, pero el cooperativismo siempre se ha mostrado amigable y como una luz al final del túnel, como lo de muestran estos diez esquinenses, que conforman hoy la cooperativa “247”, que se dedica a la recolección, separación y venta de residuos inorgánicos, y que actualmente cuenta con la matrícula del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social – INAES.
Ahora trabajan en un proyecto que les permitiría avanzar en el tratamiento de desechos urbanos y que se implementará en septiembre, cuando los integrantes de la cooperativa recolectarán los residuos inorgánicos de los domicilios de un sector de la ciudad y de esta forma no solo reducirán los desechos, sino que al mismo tiempo crecerán como empresa.
La abogada Mónica Almeida, quien ayudó a los diez esquineros en la conformación legal de la cooperativa, recordó que el nombre de esta cooperativa se debe al número del artículo de la Ley de Contrato de Trabajo (20.744) “que le permitió a la empresa despedirlos”.
Hace algún tiempo, uno de los integrantes de la cooperativa reveló al diario argentino El Litoral, que en un principio se valieron de varios recursos para lograr operar mientras conseguían la matrícula con el INAES: el primer galpón que construyeron para evitar que la lluvia mojara el cartón que recolectaban lo edificaron en un predio que prestó uno de los miembros de la cooperativa. “Inclusive ahora el Intendente nos cedió un terreno en el predio del parque industrial, donde nos vamos a mudar ni bien logremos acondicionarlo”, agregó.
Tras el aval del INAES (proceso que se dio de manera lenta, incluso por la pandemia), la cooperativa ahora puede realizar convenios con organismos del Estado o ser parte de algún programa, ya empezó y actualmente se encuentra adelantando trabajo con los concejales y el mismo municipio, en proyectos de gestión integral de residuos sólidos urbanos.