Hay quienes se preguntan si en el mundo de hoy, donde la mayoría de servicios son intangibles y la vida está basada en lo no material, se puede medir la atención al cliente, el trabajo, los favores, entre otras acciones del día a día. La respuesta es “Sí”. Muchas de estas cosas, aunque son susceptibles de no tener un valor, lo tienen, y va mucho más allá del valor económico, se miden y se perciben en el impacto generado a la sociedad o a la población directamente implicada. Y esto es lo que hizo Cooperativas Agroalimentarias, al convertirse en la primera organización de la región en monetizar su valor social.
Esto, a través de la aplicación de un método de valoración contable de elementos intangibles, usado por universidades vascas, en colaboración con el Campus de Excelencia Internacional para la Creación de Valor desde la Ética en las Finanzas y con la UCLM. El resultado del estudio señala que el valor social de mercado de dicha entidad asciende en este año a 4,48 millones de euros. Pero el valor de no mercado, a través del cual se benefician distintos grupos de interés, asciende a algo más de 18 millones de euros. Del Real señala que esta estimación ha podido efectuarse gracias a la colaboración de los distintos agentes con los que Cooperativas efectúa su labor. Por ejemplo, la Consejería de Agricultura ha colaborado pasando a la entidad toda la información de las resoluciones donde la intervención de las Cooperativas ha tenido un efecto beneficioso para alguien, por ejemplo, una inversión de 2.000 euros en ayudas para la incorporación a la actividad agraria a los jóvenes.
Juan Miguel del Real, director de Cooperativas Agroalimentarias, explicó que las personas, por lo general, medimos el valor de las cosas por el precio que se paga y no por los beneficios que aportan: “La monetización del valor social pretende cuantificar económicamente tanto los valores de mercado generados que se derivan de la contabilidad financiera, como también otras variables de valor que van más allá del mercado y que con nuestra actividad aportamos a cada uno de los grupos de interés con los que interactuamos en nuestro día a día, tanto con nuestra labor de lobby ante las administraciones públicas logrando beneficios para las cooperativas de la región y para sus socios, como generando valor para sus trabajadores, clientes, proveedores, entidades financieras, partidos políticos, etc. A todo ello se une una tercera variable muy importante como lo es el valor emocional que generamos con todos los colectivos con los que trabajamos que han destacado el compromiso, la confianza y lealtad que demostramos con nuestro trabajo”.
El valor emocional también fue medido en este estudio, representado en 8,9 millones de euros, que se refiere a la impresión de la labor que Cooperativas tiene en las distintas personas e instituciones con las que se relaciona, mediante la aplicación de encuestas a 30 distintos grupos de interés. Del Real asegura que “La conclusión final de este proceso de trabajo e investigación nos ha demostrado que el verdadero valor que nuestra organización aporta multiplica por siete el valor de mercado que se desprende de nuestra contabilidad financiera. Dicho de otra forma, por cada euro que manejamos conforme a nuestros estados financieros, retornamos siete euros a la sociedad”.
Este proyecto de monetización del valor generado por las entidades solidarias y cooperativas, se muestra como una herramienta que permite dar a conocer el impacto real de este tipo de organizaciones en la sociedad, por lo que el director de Cooperativas aseguró que empezará a aplicarse a las entidades asociadas y de la región, con el fin de maximizar su reconocimiento ante la ciudadanía a la que dan servicio.