El director general de The Food Intelligence Company TFI, José Mª Cobo, comenzó su exposición diferenciando las tendencias que se preveían en el sector agroalimentario antes del COVID-19 y las que está reclamando en este momento el consumidor, que valora más los productos de primera necesidad, más naturales, con un etiquetado transparente, más del 70% se decantan por marcas de distribución y que las empresas que los produzcan sean socialmente responsables.
Este experto señaló que tras el COVID-19, si bien es cierto que desaparecerán algunas categorías de los lineales, sí que el consumidor buscará productos básicos como cereales, lácteos, legumbres, productos de cercanía o locales, se decantará más por las verduras frescas y por los alimentos que aporten inmunidad, probióticos o con vitamina C, además de exigir que no haya plásticos en los envases.
Por último, Cobo resaltó que esta pandemia nos ha demostrado que no es necesario vivir en una ciudad para desarrollar el trabajo, y que si se dota al medio rural de medios en cuanto a conectividad, servicios y digitalización puede producirse una vuelta al campo, lo que supone una oportunidad para muchos territorios.
A continuación, el coordinador de Proyectos de Innovación y Transferencia en la Universidad de Mondragón, David Sánchez, consideró que las empresas se esfuerzan para que el negocio funcione día a día, pero les falta visión para analizar y explorar las tendencias o las tecnologías que hay que cambiar. Para Mondragón, la innovación no debe quedarse solo en el producto, sino que tratan de ampliar e implicar en la innovación a personas con distintos perfiles para que actúen como palancas clave para lograr el cambio.
Por su parte, la directora de Consultoría GreenFlex,directora de Consultoría GreenFlex, Virginie Bernois, comenzó su exposición señalando que es obligatorio adaptarnos al cambio climático si queremos garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental, en la producción de alimentos. También se refirió a la inquietud que existe en el país galo por la falta de rentabilidad de los productores y la falta de relevo en el campo, pero que el desarrollo de nuevos modelos de negocio y tecnologías alternativas pueden contribuir a dar soluciones. Entre los ejemplos, habló sobre el “label bas carbone”, un etiquetado que verifica las emisiones de GEI y que ha generado conciencia en los agricultores sobre sus acciones beneficiosas para el ecosistema o la apuesta de las cooperativas “Terrena” para convertir a sus agricultores en embajadores de la innovación, ya que son ellos mismos los que impulsan el cambio.
Para terminar, Agustin Herrero, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, subrayó que las cooperativas deben dar respuesta a los retos que se nos presentan como el cambio climático o la estrategia del Green Deal.