Este lamentable hecho constituye una grave vulneración no solo a los derechos fundamentales, sino también al impacto social que COOFISAM ha generado durante décadas en el Huila, consolidándose como una cooperativa comprometida con el bienestar y desarrollo de las comunidades de la región.
La violencia no puede tener lugar en una sociedad que aspira a la paz y la equidad. Desde Ascoop, expresamos nuestro profundo respaldo y solidaridad a los asociados, el consejo directivo y los colaboradores de Coofisam. Hacemos un llamado urgente a las autoridades para que prioricen las investigaciones, identifiquen a los responsables y adopten medidas efectivas que protejan tanto a la cooperativa como a la comunidad frente a cualquier forma de criminalidad.
Desde el sector cooperativo colombiano, renovamos nuestro compromiso con los valores de solidaridad, justicia y convivencia, pilares fundamentales para construir un país más inclusivo y pacífico.