Un programa para las cooperativas de actores múltiples

Por invitación del Instituto rector de la economía solidaria argentina, se analizó la innovación de la ley de cooperativas para dar respuestas a demandas de la realidad de las cooperativas y de la comunidad. El concepto de “cooperativas de actores múltiples” es una de las opciones.
Un programa para las cooperativas de actores múltiples

En Ciclo de Rondas de Mate organizado de manera remota por el INAES el 30 de junio, trató de manera exploratoria y a modo de ejercicio lo que se podría llamar cooperativas de actores múltiples o de múltiples partes interesadas.

Expusieron César Basañes, economista, gerente de Cooperar, consultor del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar y miembro consultivo del INAES; Gustavo Sosa, abogado miembro del Centro de Estudios de Economía social de la Universidad de Tres de Febrero y miembro de la Ruess (Red Universitaria de la Economía social), y de la Red de Cooperativas Sociales.

El punto de partida fue la innovación en instrumentos jurídicos disponibles dentro de la misma ley de cooperativas para dar respuestas a demandas de la realidad de las cooperativas y de la comunidad.

Los oradores propusieron resolver estas innovaciones con cambios en reglamentaciones y estatutos sin forzar la ley de cooperativas. Estas necesidades de la comunidad se pueden resolver dentro del modelo cooperativo propuesto y también volvería realizable su concreción.

¿Cuáles son esas demandas nuevas que requieren de estas modificaciones?

Partieron de que el INAES busca una base más amplia de gestión, en una nueva concepción donde todo el universo de la economía social y solidaria (clubes, movimientos sociales, diversidad de experiencias en inclusión de sectores vulnerables, etc) busca así convertirse en un articulador estratégico, en particular con los municipios.

En esa diversidad se apunta en particular a articular con los municipios generando una multiplicidad que dé una nueva sinergia o potencia, mientras se ordena y se sistematiza lo que ya está ocurriendo.

En esta experiencia surgieron demandas claras al Instituto:

Innovación. Pensar sus modelos frente a diferentes desafíos que las formas con las que se cuentan no dan respuesta a los distintos problemas.

Problemas ambientales. Alimentos, respeto al medio ambiente, responsabilidad también de los consumidores. Productores y consumidores.

Recuperación de empresas. El único modelo es empresas de trabajo, solo con las responsabilidades de los trabajadores (comunidad, consumidores)

Tecnología en economías de Plataformas. Este sector hoy está hegemonizado por capitales internacionales. Con fuerte presencia territorial, donde se rompen las relaciones en esos territorios. Quiénes deberían ser los que soporten el desarrollo de estas plataformas. Multiactoral, no solo trabajadores o usuarios etc. Pensar modelo innovador.

Cooperativas de inclusión social. Para favorecer la integración ejemplo usuarios de los servicios de hospitales neuropsquiátricos, que incluyan a los profesionales vinculados con la tarea asistencial del propio hospital, a las personas vinculadas a la comunidad. No tenemos un modelo de gobernanza adecuado a este tipo. En particular y para este punto señalado por César Basañes se mencionó a la Cooperativa de Trabajo La Huella Ltda. Ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y cuyo taller se encuentra dentro del Hospital José T. Borda. Está asociada a la Federación de Cooperativas Autogestionadas de Buenos Aires. Es la primera en su tipo. Como cooperativa avanzó en forma práctica hacia un modelo de múltiples actores, pero bajo un formato jurídico que no da cuenta de la actividad y la gobernanza con la que esta cooperativa viene resolviendo sus problemas de inserción. Por lo tanto un cambio de estatuto y reglamento que acompañe esta realidad, no solo impactaría en la cooperativa en sí en tanto reconocimiento, sino se convertiría en un modelo a reproducir en distintos distritos y regiones de nuestro país.

En todos estos temas se busca el equilibrio del funcionamiento que contemple los distintos intereses en función del interés común. En roles, sin necesidad de categorizar asociados. Y en aquellas cooperativas donde claramente se trata de un bien común se puede contemplar la figura de asociado colaborador o asociado de apoyo. En este sentido no deja de ser el séptimo principio cooperativo de compromiso con la comunidad, en tanto en el fruto del trabajo hay un impacto sobre la comunidad.

*Federico Bejarano, psicólogo social, coordinador general de la Cooperativa de Trabajo La Huella, Red de Cooperativas Sociales

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