Las cooperativas colombianas han tomado diferentes medidas para hacer frente a la emergencia ocasionada por el Covid-19, garantizando su operación, sostenibilidad y permanencia de servicios y beneficios a sus asociados. Másg allá de estas medidas, ¿cómo se está comportando el sector?
Para saberlo, Luis Sánchez Fernández, jefe de prensa de la Federación Especializada de Cooperativas de Ahorro y Crédito & Financieras de Colombia – Fecolfin, entrevistó a Ricardo Lozano, Superintendente de la Economía Solidaria. Aquí la entrevista:
Fecolfin: En el decretado estado de emergencia social y económica, usted da un parte de tranquilidad a las cooperativas de ahorro y crédito, al decir que la “crisis actual es de carácter sanitario fundamentalmente y no de carácter financiero”. ¿Cómo puede explicar esa disyuntiva?
Ricardo Lozano: Más que una disyuntiva es una precisión conceptual: la distinción se hace y lo he hecho en varios escenarios porque es diferente cuando la crisis es de origen sanitario a una crisis de origen financiero.
Se sabe que esta situación va a tener repercusiones económicas, pero no necesariamente de alcance financiero. El sector Financiero general en Colombia está fortalecido y en esa misma manera encuentra una situación estable en estos momentos en el sector financiero solidario.
Colombia ha sufrido varias crisis en su historia y en el año 1999 en particular la crisis fue de origen financiero y las circunstancias en ese momento sí tuvieron un efecto importante en ese frente; pero la actual crisis, ocurre en momentos que todo el sistema financiero está estable.
F: Dadas las circunstancias de emergencia, la Superintendencia de Economía Solidaria ha emitido varias circulares estableciendo medidas para mitigar cualquier eventualidad. ¿En materia de cartera, cuáles son los aspectos más relevantes formulados en ellas?
R.L: La Supersolidaria ha sido muy consciente de las dificultades económicas que se van a generar en varios frentes económicos y en esa medida la Circular Externa No. 11 del 19 de marzo de 2020, que se refiere a instrucciones temporales y prudenciales en materia de cartera de créditos, busca permitir a las organizaciones supervisadas aplicar cambios en las condiciones iniciales de los créditos otorgados; también se permiten períodos de gracia y hay referencia a créditos rotativos o tarjetas de crédito para que no se modifiquen las disponibilidades de cupos otorgados.
El marco general como se debe aplicar estas instrucciones es de prudencia total en las decisiones que se adopten; otorgar los beneficios solo a los asociados que demuestren sus afectaciones financieras que les impida cumplir con sus obligaciones y en todo momento, se deberá preservar la sostenibilidad de la entidad que otorgue tales beneficios.
F: ¿Considera que estas medidas son suficientes?
R.L: Por el momento y frente a las evaluaciones que se han realizado al interior de la Supersolidaria y las consultas complementarias que se han hecho con otras entidades del sector y del Gobierno Nacional, se entiende que estas medidas adoptadas son suficientes. No obstante, esta realidad puede modificarse con el tiempo, en la medida en que se detecten necesidades regulatorias complementarias, caso en el cual se adoptarán las medidas que sean requeridas, todo con el fundamento de preservar la estabilidad financiera del sector solidario.
F: En la actual coyuntura, ¿cuál ha sido el comportamiento de las cooperativas de ahorro y crédito en relación con las captaciones y las colocaciones?
R.L: Las actividades comerciales y financieras de las cooperativas de ahorro y crédito se han mantenido activas y no se han reportado circunstancias que den cuenta de alteraciones significativas. Hay que hacer énfasis en la importancia de mantener la rigurosidad en procesos como el de recaudo de cartera, que es una gestión fundamental en el propósito de mantener adecuados niveles de liquidez de las organizaciones.
F: ¿Considera que el capital institucional que hoy poseen las cooperativas de ahorro y crédito contribuyen a su solidez patrimonial ante cualquier contingencia?
R.L: La solvencia patrimonial que registra el sistema financiero solidario cumple cabalmente con los niveles apropiados para un normal funcionamiento y sin duda hay fortaleza para atender situaciones difíciles. El propósito que hay que buscar es defender esa situación y evitar a toda costa algún deterioro en ese indicador y por eso el llamado al sector solidario es que es responsabilidad de todos los asociados de mantener esta condición mediante el compromiso de pago en la medida en que sea posible.
F: ¿Algún mensaje al sector?
R.L: El principal mensaje desde la Supersolidaria a todos los asociados es compromiso total con nuestras entidades, que se acojan a los beneficios solo en la medida en que realmente lo requieran y a las entidades supervisadas les pedimos que, si bien buscamos alguna flexibilidad en los actuales momentos, no debemos permitir aflojar en la rigurosidad que se requiere especialmente en época de crisis.