Qué harán las COOPERATIVAS POR EL FUTURO DEL TRABAJO

Una encuesta internacional realizada con 10 mil personas por la consultora PwC concluyó que el 53% de las personas cree que las innovaciones tecnológicas serán el factor más transformador a la hora de conformar el futuro mundo del trabajo, más que la escasez de recursos, el cambio climático, el poder económico global, las migraciones y la urbanización.

El pasado 5 de julio la Confederación de Coo­perativas de Colombia – Confecoop y la Asociación Colombiana de Cooperativas – Ascoop, celebraron el Día Internacional de Cooperativas con un desayuno que convo­có a los principales líderes del sector y el gobierno. La conferencia central del evento estuvo a cargo de Carolina Tri­vesi, coordinadora del progra­ma Scory de la Organización Internacional del Trabajo – OIT en Colombia, quien durante su presentación planteó los a los grandes desafíos qué tiene el mundo frente al tema del tra­bajo.

Al inicio de su exposición la especialista presentó how to find best value for money and el pano­rama de los desafíos actuales frente al trabajo en el mundo: Trivesi enfatizó en que las cifras presentadas no son nada alentadoras ya que son muy altos los niveles desempleo y empleo informal. Frente a este lamentable panorama las cooperativas se convierten en una opción de cambio ya que son empresas dirigidas por sus valores, que pertenecen a sus miembros, quienes las controlan y dirigen, los traba­jadores cooperativos trabajan “en pos de la eficiencia, la fle­xibilidad compartida, con un sentido de la participación, un ambiente familiar y un pro­fundo sentimiento de identi­dad”. (CICOPA, DESJARDINS, Cooperativas y empleo: un informe mundial).

El empleo cooperativo está lejos de ser un fenómeno mar­ginal. De acuerdo con un cál­culo realizado recientemente, las cooperativas de todo el mundo emplean a más de 279 millones de personas, o supo­nen su principal fuente de ingresos, lo cual corresponde a aproximadamente un 9.5 % de la población laboral total a nivel mundial.

Frente a esta realidad, la Organización Internacional del Trabajo-OIT, publicó un informe titulado “Trabajar para un futuro más prome­tedor” donde se plantea la urgencia de las transforma­ciones en el mundo del tra­bajo y las ideas sobre cómo encauzar y aprovechar mejor estas transformaciones.

Trivesi presentó en la confe­rencia algunas de esas reco­mendaciones:

1 Aprendizaje a lo largo de la vida para todos

Al propiciar que las personas prosperen en una era digital, libre de emisiones de carbono, nuestro planteamiento no se limita al capital humano, sino que incide en las dimensiones más generales de desarrollo y progreso en las condiciones de vida, incluidos los derechos y un medioambiente propi­cio que haga posible que las personas puedan ampliar sus oportunidades y mejorar su bienestar.

2 Apoyar a las personas a lo largo de las transiciones

Incrementar las inversiones en las instituciones, las políticas y las estrategias que presten apoyo a las personas a lo largo de las transiciones que entra­ña el futuro del trabajo.

Los jóvenes necesitarán ayu­da para navegar por las cada vez mayores dificultades que entraña la transición de la escuela al trabajo.

Habrá que aumentar las posibilidades de los trabaja­dores de edad avanzada, para que puedan seguir siendo eco­nómicamente activos mien­tras lo deseen, lo que a su vez generará una sociedad activa a lo largo de toda la vida.

3 Un programa transformador para la igualdad de género

Aplicar un programa transfor­mador y mensurable para la igualdad de género.

El mundo del trabajo empieza en el hogar. Desde las licen­cias por paternidad hasta la inversión en servicios públicos de cuidados, las políticas han de promover que se comparta la prestación de cuidados no remunerados en el hogar para crear una auténtica igualdad de oportunidades en el trabajo.

4 Garantizar la protección social universal desde el nacimiento a la vejez

Proporcionar protección social universal desde el nacimiento hasta la vejez.

El futuro del trabajo requiere un sistema de protección social sólido y con capacidad de res­puesta, basado en los princi­pios de solidaridad y de reparto de riesgos, que contemple las necesidades de las personas a lo largo de su ciclo vital.

5 Establecer una garantía laboral universal

Todos los trabajadores, con independencia de su situación contractual o laboral, debe­rían disfrutar de derechos fundamentales del trabajo, un «salario vital adecuado» (Constitución de la OIT), lími­tes máximos respecto a las horas de trabajo y seguridad y salud en el trabajo.

6 Ampliar la soberanía sobre el tiempo

Los trabajadores necesitan una mayor autonomía sobre su tiempo de trabajo, sin dejar de satisfacer las necesidades de la empresa.

Aprovechar la tecnología para ampliar las oportunida­des y conciliar la vida profe­sional con la vida personal puede ayudarles a alcanzar este objetivo y encarar las pre­siones derivadas de la falta de precisión en la línea divisoria entre el tiempo de trabajo y el tiempo privado.

7 Garantizar la representación colectiva

Se logra a través del diálo­go social como bien público, promovido activamente por el Estado mediante políticas específicas.

Todos los trabajadores debe­rán disfrutar del reconoci­miento de su libertad sindical y del derecho de negociación colectiva, con el Estado como garante de esos derechos. Las organizaciones de empleado­res deberán ejercer plenamen­te su libertad de asociación y de defender los intereses de sus afiliados.

8 Encauzar la tecnología en favor del trabajo decente

Esto significa que los trabaja­dores y directivos han de dise­ñar la concepción del puesto de trabajo. Significa también que se adopte un enfoque de la inteligencia artificial «bajo control humano» que garanti­ce que las decisiones definiti­vas que afectan al trabajo sean tomadas por personas.

Los avances tecnológicos requieren también de la regla­mentación del uso de datos y de la responsabilidad sobre el control de los algoritmos en el mundo del trabajo.

9 Transformar las economías

Se necesitan incentivos para promover las inversiones orientadas a la creación de tra­bajo decente y sostenible.

Estas inversiones impulsarán la igualdad de género y podrían crear millones de puestos de trabajo y oportunidades para las mypimes. La economía rural, de la cual depende el futuro de muchos trabajado­res, debe ser una prioridad. Es necesario orientar la inver­sión hacia infraestructuras materiales y digitales de alta calidad para reducir la brecha existente y apoyar la creación de servicios públicos de alto valor.

10 Un modelo empresarial y económico centrado en las personas

Dentro de estas medidas cabe contemplar políticas fiscales justas, la revisión de las normativas contables empresariales, una mayor representación de las partes interesadas y cambios en las prácticas de presentación de informes. También es nece­sario explorar indicadores suplementarios de desarrollo humano y bienestar, nuevos modos de medir el desarro­llo de los países para que den cuenta de las dimensiones distributivas del crecimien­to, del valor del trabajo no remunerado que se realiza en el servicio doméstico y en las comunidades, así como de los efectos colaterales negativos de la actividad económica, por ejemplo, la degradación medioambiental.

Finalmente, la OIT hace lla­mado a todos los sectores para que desempeñen un papel ejemplar en el apoyo a la eje­cución de estas propuestas y así promover el diálogo social, la orientación y el análisis de las estrategias de cada país en pro del futuro del trabajo digno.

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