Este 5 de julio celebramos el Día Internacional de las Cooperativas con una feliz coincidencia: el tema seleccionado para este año, “Cooperativas por un Trabajo Digno” fue a la vez el tema central de la 108ª Conferencia Internacional del Trabajo, en cuya declaración final la OIT ha exaltado a las cooperativas y a la economía solidaria como alternativas “a fin de generar trabajo decente, empleo productivo y mejores niveles de vida para todos”.
Directora Ejecutiva de Ascoop
Tomado de Colombia Cooperativa 138
En este mismo escenario y como resultado de la reunión conjunta entre la Organización Internacional del Trabajo y la Alianza Cooperativa Internacional, representada por su comité ejecutivo y los directivos de sus regionales continentales, se logró la firma de un nuevo Memorando de Entendimiento entre las dos organizaciones para fortalecer las cooperativas como “un modelo de negocio sostenible para promover el desarrollo inclusivo y sostenible”.
Estos hechos se suceden en una coyuntura muy importante para el futuro del trabajo. El mundo atraviesa un proceso de revolución digital marcado por el desarrollo de innovaciones tecnológicas y la digitalización y automatización de muchas actividades empresariales, económicas, educativas, sociales, comunicativas y de entretenimiento, que han migrado hacia plataformas digitales.
La digitalización de la vida laboral y de la vida en general, ha traído cambios sustanciales en las formas de producción y comercialización de bienes y servicios y por tanto en los modelos de trabajo y de empleo, en algunos casos con beneficios para trabajadores que pueden tener múltiples vinculaciones laborales, flexibilidad horaria y autonomía de tiempo; pero en otros casos, con precarización de los puestos de trabajo en términos de inestabilidad laboral, carencia de prestaciones sociales y de cubrimiento en seguridad y salud, disponibilidad absoluta y remuneración baja.
El desarrollo empresarial disruptivo y exponencial permite que emprendedores desarrollen rápidamente empresas con base digital que pueden significar un aporte interesante a los sistemas económicos globales, pero, sobre todo, una acumulación intensiva de capital con cargo a la eficiencia y la eficacia, que muchas veces se traduce en condiciones laborales indignas para centenares de trabajadores.
El cooperativismo, en cambio, se ha caracterizado históricamente por su compromiso con el trabajo digno, estable, bien remunerado, ajustado a los derechos laborales, orientado al bienestar de los trabajadores y con diferencias razonables entre los ingresos de los gerentes y los trabajadores de base.
De acuerdo con la Declaración Final de la Conferencia de la OIT y el Memorando de Entendimiento entre OIT y ACI, las cooperativas tienen el compromiso de analizar los procesos de cambio en el mundo del trabajo y formular alternativas que, preservando la necesaria transformación digital y la sintonía del sector cooperativo con la realidad de los negocios, atiendan también la dignidad del trabajo y prioricen como objetivo último de la economía el bienestar de las personas.
“Debemos apostar por un modelo económico diseñado para que el conjunto de la humanidad tenga trabajo, ingresos y desarrollo integral. Un modelo centrado en el bienestar y la felicidad de las personas”