Septiembre 14 de 2018. Las empresas y los negocios derivados de la actividad cultural aportan números significativos a la economía colombiana. Por qué este grupo de actividades empiezan a crecer y a consolidarse como una nueva forma de emprendimiento? Es más, ¿por qué un sector como la ‘economía naranja’ o ‘economía creativa’ aún permanece poco visible en el radar de los economistas?
Primero, definir la ‘economía naranja’ es un asunto complejo, pues cultura, creatividad y economía son conceptos que merecen ser limitados. Segundo, la relación entre economía y cultura suele ser desconocida para muchos, además de que no es evidente dentro de la teoría económica tradicional.
Tercero, la cuantificación financiera de las actividades culturales y creativas es reciente. Las herramientas que se utilizan están en constante evolución. Y finalmente, hay muy pocas personas interesadas. Por eso es necesario que usted se involucre, haga parte del debate y se sume a los ‘negocios culturales’.
¿Por qué se llama ‘economía naranja’?
Frank Sinatra decía que el naranja es el “color más feliz”. El color naranja se suele asociar con la cultura, la identidad y la creatividad. Este color es asociado, en los países occidentales, con el entretenimiento y la extroversión.
Algunas filosofías y religiones, como el confucionismo, relacionan el naranja con la transformación. En India, el ‘chacra naranja’ es el abdomen. Esta parte del cuerpo es el centro creativo del individuo.
Existen muchos más significados del color en casi todas las sociedades del planeta. Sin embargo, fue el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la entidad que ‘pintó’ de naranja al valor agregado que generan las industrias y empresas culturales.
Además, lo que realmente interesa es que este color permita fusionar la economía con la cultura. Es decir, ambas actividades son caras de la misma moneda. Por una cara está el valor simbólico y por la otra, el valor cuantitativo.
LA ECONOMÍA CREATIVA
John Howkins, especialista en el tema de la “industrias creativas”, afirmaba que la ‘economía creativa’ comprende los sectores en los que el valor de los bienes y servicios se fundamenta en la propiedad intelectual.
Las actividades económicas de estos sectores van desde la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, pasando por el cine, el diseño editorial, y hasta se alcanza a cubrir el cine, la música, la moda y los juguetes.
En el año 2005, según cálculos de Howkins, estos sectores representaron el 6,1 % de la economía global. Algunas estimaciones más recientes, elaboradas por el Banco Mundial (BM) señalan que la “economía naranja”, para 2011, alcanzó 4,3 billones de dólares.
Esta cifra se acerca al 120 % de la economía de Alemania, pero también equivale a 2,5 veces los gastos militares del mundo. Pero ojo. Hay que tener en cuenta que el gasto militar depende, en la mayoría de los países, casi totalmente del presupuesto público.
Por el contrario, la ‘economía naranja’ es un contribuyente neto.
Más allá de los datos anteriores, ¿cuál es la importancia de esta economía?
“En estos momentos de desaceleración económica, producto de la caída en el precio del petróleo, el desarrollo de modelos económicos alternativos basados en el conocimiento, la creatividad y la cultura, se presentan como una oportunidad para hacerle frente a estas situaciones”, respondió Ángel Moreno, coordinador del grupo de Emprendimiento Cultural del Ministerio de Cultura.
Y Moreno no se equivoca. Durante la crisis económica de 2009, las ventas de petróleo reportadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) registraron una caída de 40 por ciento, mientras que las exportaciones del sector ‘creativo’ apenas de contrajeron 12 %.
Pero sin ir más atrás. Actualmente, los ingresos petroleros de Colombia se han reducido 35 % por el continuo desplome de los precios del crudo. Esto ha llevado a que los analistas y el Gobierno esperen un menor nivel de crecimiento de la economía.
¿CUÁL ES LA MEDIDA DE LA ‘NARANJA’ EN COLOMBIA?
“En Colombia existe un gran talento humano y creativo para desarrollar las diferentes industrias culturales, a partir de la participación en espacios de circulación que permiten potenciar el intercambio de bienes y servicios culturales, y así aportarle cada vez más al desarrollo económico del país”, asegura Moreno.
El BID pronosticó para 2012 que este sector de la economía hizo un aporte de 3,3 % al Producto Interno Bruto (PIB) del país.Adicionalmente, la generación de empleo estuvo cercano a 5,8 %, una cifra que está por encima de la registrada en Holanda, Reino Unido o Finlandia.
Moreno sugiere que la cultura ha ganado cada vez más relevancia como un sector que no solamente aporta a la identidad, a la cohesión social y al patrimonio cultural del país, “sino que es un potencial generador de crecimiento económico”.
No obstante, el Ministerio de Cultura junto al Departamento Administrativo de Estadística Nacional (Dane) vieron la necesidad de realizar una valoración económica de los fenómenos culturales.
En ese sentido, surge una inquietud: ¿por qué medir?
“Es importante medir el aporte del sector cultural, en la medida que podamos tener datos estadísticos, tenemos la posibilidad de identificar el alcance y aporte a la economía y construir un lenguaje común con otros sectores. Desde la economía debe entenderse que la Cultura genera empleo y muchas posibilidades de ingresos, hoy en día cuando hay indicadores para todo, lo que se no mide no existe” argumenta el coordinador del Grupo de Emprendimiento Cultural.
Esta metodología, la cual está al nivel de los sistemas de cuentas nacionales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha puesto al país como líder en este tipo de investigación en América Latina.Entre los casos exitosos se destaca la aplicación de la Cuenta Satélite de Cultura en Costa Rica, Bolivia, Ecuador y Perú.
Para el caso colombiano, el campo cultural está dividido estadísticamente en los siguientes sectores: audiovisual, libros y publicaciones periódicas, música fotograbada, juegos y juguetes, artes escénicas y espectáculos, educación cultural, creación publicitaria, artes visuales, creación, diseño y patrimonio cultural.
Este comportamiento también se explica por las actuales tendencias de acceso a la música, en donde la asistencia a espectáculos en vivo tuvo un crecimiento de 30 % entre los años 2005 y 2012, pasando de 265 318 millones a 343 897 millones de pesos respectivamente.
El sector de fabricación de juegos y juguetería en 2011 tuvo un repunte en la producción hasta 153.768 millones de pesos, pero en 2012 retrocedió hasta 145.573 millones de pesos.